sábado, 16 de junio de 2012

Es él.

Me enseño a luchar día a día, a soportar y entender las cosas malas que llegan a nuestra vida, a hacerme cargo de mis errores, a entender el valor del silencio, a esperar con paciencia, a respetar el tiempo propio y ajeno, a ayudar a quien nunca me ayudará.
Seguramente muchos no conocen sus valores, muchos vieron sus errores;al menos yo, tengo lo mejor de él, su mirada.
Con sus grandes errores y equivocaciones, lo llevo donde llevo a pocos, en mi corazón, por eso es inevitable no admirarlo, extrañarlo, perdonarlo, amarlo.
Gracias Papá.


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